jueves, 3 de agosto de 2017

Conclusiones


Este año el Pirineo se me ha presentado especialmente duro. Ya lo decía la guía de Joosten, sería la parte más dura y salvaje de todo el recorrido. No he dormido “cómodamente” ninguna noche. En los dos años anteriores, al menos una vez lo hice en un camping y eso se nota. Tampoco existían posibilidades de reponer víveres, así que toda la comida de 8 días la llevé a la espalda, aunque con la experiencia acumulada conseguí que nada faltara y que sobrara muy, muy poco. El terreno ha sido especialmente “salvaje” y demandaba una buena dosis de experiencia en alta montaña ¡Pero caray! De eso justamente trata todo esto. Ha sido un acierto el uso del binomio taza+Lifestraw, no he tenido en ningún momento que cargar con una sola gota de agua. He bebido directamente de arroyos y lagunas, algunos sospechosos debido a la presencia de ganado en los alrededores, pero no han habido consecuencias, un mes después sigo sano. Mis pies han sufrido menos este año a pesar de haber tenido mojadas las botas y los calcetines más de un día. La combinación: lavado de pies al menos dos veces al día + aplicación de Compeed a la más mínima señal + calcetines adecuados + vaselina, ha sido perfecta. En el tema de los calcetines quizás no fuera todo lo perfecta que esperaba. Me compré especialmente unos calcetines Lurbel modelo Logan, supuestamente para climas cálidos, pero me dieron muchísimo calor en los pies y tardaban media vida en secarse. La funda de bivac la llevé de paseo, última vez. El próximo año descartaré la colchoneta inflable, creo que podré resistir sólo con el Thermarest. Llevaré también una funda impermeable para mochila del Decathlon. Las botas y sus suelas despegadas casi dan al traste con el viaje, ahora ya están reparadas por un zapatero andorrano (Andarax-2)

Día 8: Refugio de Baiau → Pic del Clot de Cavall → Refugio L’Angonella


Hoy entramos por fin en Andorra. El día vuelve a pintar soleado. Salgo a las 09:00 en dirección al Port de Baiau. Todo va bien hasta que compruebo mi posición, y ¡vaya sorpresa! me he salido del camino otra vez. ¡Hala! A atravesar un bonito y muy empinado canchal. Empezamos bien el día, pierdo más de una hora hasta retomar la senda que me lleve al puerto. Desde aquí hasta el Refugio de Coma Pedrosa todo es coser y cantar, bonitas lagunas, neveritos fáciles de atravesar y un camino imposible de equivocarse. En el refugio me detengo para comer y ¡por fin! Reponer electrolitos. Me explican muy amablemente las opciones que tengo para el día siguiente llegar hasta Andorra la Velha y me queda claro que mi viaje acabará en Llorts este año (debo estar en Lleida el 14 para coger el AVE de vuelta a casa) Descansados seguimos el camino hacia el Pic del Clot de Cavall, en el recorrido paso por la Fuente de Moixo y tengo unas vistas sobre la estación de esquí de Arinsal. La subida al Pic se me hace eterna, escasea el agua y el calor aprieta lo suyo. El camino está muy bien señalizado en todo momento con cartelitos y los círculos amarillos que usan por allí. Desde el Pic empieza un buen descenso hasta el que será mi último bivac en Pirineos este año. La bajada es por los ya habituales prados de alta montaña, lagunita y riachuelo. El Refugio de L’Angonella es estupendo, amplio, cómodo (aunque no hay colchones) y con fuente de agua en la puerta, qué más se puede pedir. Cenita, a dormir y mañana Llorts y Andorra la Velha (Hostal Barri Antic). Adeu Pirineus!






Día 7: Plá de Boavi → Refugio Baborte → Plá de Boet → Refugio Baiau


El día de promete despejado. Empezamos a subir a las 09:15 por un bonito bosque de coníferas siguiendo el curso del río Sellente. La subida como de costumbre es larga y empinada. Llego al Refugio de Baborte y parece ocupado al completo. Descanso y almuerzo para seguir hacia el Plá de Boet y ver hasta donde puedo aguantar hoy. Es un día caluroso y se nota. El descenso me lleva nuevamente por bosques y grandes torrentes. El Plá de Boet no es más que una gran extensión de prados con algunas mesas y nada más. No hay chiringuito donde reponer electrolitos ¡Me cachis! Pues nada, pa’ lante. Sigo subiendo con el objeto de llegar al Refugio de Baiau. Es una zona con ganado, y cómo no, con tábanos. Menos mal que me dejan pronto. Una vez pasadas las ruinas del refugio de Sellente el camino es más suave y el paisaje se amplia. Ya puedo ver el Refugio de Baiau. Me cruzó con un peculiar francés que también viaja solo. Charlamos un rato y continúo hasta el refugio que ya está habita por una pareja de simpáticos franceses, Guy y Florence. Me invitan a un chupito de ron con limón, y claro, cómo negarse. Este refugio parece un calco de los de Mont Roig y de Boarte. Es cómodo y situado en un enclave espectacular (esta palabra la he usado ya, no?) No duermo bien a pesar de las comodidades, ayer fue un día extenuante y las piernas han molestado su poquillo.






Día 6: Bordas de Noarre → Refugio de Certascán → Plá de Boavi


Humm, el día empieza bien, son las 05:30 y empieza a descargar una enorme tormenta con todos sus ingredientes; aparato eléctrico y agua. Corriendo me refugio en un soportal de una las bordas a espera que escampe y poder desayunar en seco. Pues no, no escampa. Empezamos la subida hacia el refugio en un día nublado y lluvioso. Al poco rato tengo ya empapadas las botas. Llego al refugio y decido parar allí para almorzar y reponer electrolitos. El guarda es un tanto parco ante mis preguntas. Charlo un rato con una pareja de barceloneses que se interesan por mi trayecto. Luego de descansar un ratillo vuelvo a calzarme las encharcadas botas y el chubasquero para seguir la ruta que indica la guía; pasar junto a los Estanys Romedo de Dalt y de Baix. El paisaje sobrecoge si le añadimos el día frio y gris. La ruta tiene algún paso medio complicadete. Cuando llegamos al Estany Romedo de Baix descubrimos una carretera de tierra que llega hasta la presa que hay allí y una caseta donde descansar antes de la bajada al Plá de Boavi. Esto último será lo más peligroso que haya hecho en todo el viaje. Casi no hay sendero, hitos escasísimos y una pendiente y exposiciones que a veces rozan la caida hasta el río. La verdad es que lo pasé bastante mal en este tramo. Hay que estar muy atento al track que viene en los mapas de TopoPirineos. Si no es por él, hubiera acabado perdido en un bosque con pendientes muy, muy jodidas. Cuando por fin llego al Plá de Boavi descubro una enorme pradera llana salpicada por árboles ¡Menos mal! El río pasa cerca y la noche se promete apacible (salvo por los mosquitos al anochecer.)




Día 4: Cabaña Gracia Airoto → Alos de Isil → “Tiny Lake”


Había que recuperarse un poco del día anterior, así que nos tomamos el despertar con bastante calma. A las 10:0 salimos de la cabaña siguiendo un evidente sendero que nos lleva a un collado desde el cual seguiremos hacia las Bordes de Moredo. El día pinta lluvioso, algo que se confirma cuando llegamos a un camino de tierra. Empieza a llover y descubrimos una caseta-cabaña en un recodo del camino. Es una caseta de esas de obras pero reconvertida en medio improvisada cabaña-bivac. Decido pasar un rato dentro de ella hasta que más o menos escampe. Lo que no sucede. Pues nada, chubasquero y hacia abajo. Atravesamos las Bordas según indica la guía pero en lugar de torcer al Sur en el bosquecillo, vemos que el sendero continúa y lo seguimos. Así vamos uniendo senderos de bestias hasta llegar a Alos de Isil, pequeñísima población, pero que cuenta con plaza, iglesia y fuente. Aprovecho para asearme en la fuente, lavar camisa y calcetines y echar una siesta bajo los árboles de la pequeña plaza. Sobre las 16:45 retomo la ruaa que durante un rato va por la carretera que sigue el curso del río Noguera-Pallarés. Al rato aparece la señal del GR11 que tras cruzar un puente empieza a subir por la montaña. A eso de las 20:00 llego a lo que en la guía denomina “tiny lake” , una lagunita antes del Col de la Cornella. Decido que ya está bien por hoy y monto el toldo en este idílico paisaje.


Gracia Airoto


Día 5: “Tiny Lake” → Refugio Mont Roig (Enric Pujol) → Bordas de Noarre


Recogemos y salimos a las 09:30 en dirección al refugio. Al principio me cuesta un poco dar con el Col de la Cornella, coincido con dos parejas de vascos que me confirman la ruta adecuada. Subsanado esto, el resto de cols no tienen mayor problema. El día es desapacible; ventoso, nublado y con chirimiri. En la bajada del Col encuentro abundantes palas de nieve, pero que no suponen ningún problema, hincar talones y pa’ bajo. Cuando llegamos al Col de Calberante puedo divisar ya el refugio. En la bajada hay que tener un poco de cuidado. Paso junto a algunas lagunas. El paisaje es espectacular. A media hora del refugio doy con una pequeña cascada que sale del desaguadero del Estany Major de la Gallina y la aprovecho para un buen duchazo. Almuerzo y a seguir. Antes de la llegada al refugio doy con algún paso ‘complicadillo’ para cruzar el torrente cercano. Cuando entro en el él, encuentro a una pareja de franceses que también hacen la HRP y ese día descansarán allí. Bonito refugio, bien equipado y en un enclave muy salvaje. Como aún queda mucho día por delante, continúo hacia las Bordas de Noarre, un conjunto histórico de la época de la Guerra Civil y los Maquis. La mayoría de las construcciones se han rehabilitado, pero estaban cerradas. En una de ellas hay montada por fuera una mesa grande de madera que decido será el catre para esta noche. Hay una fuente de agua en el centro del poblado y un entorno encantador.



Día 3: Parking → Salardú → Cabaña Gracia Airoto


A las 07:45 salimos del parking hacia Salardú pasando por Baños de Tredós, primero por el bosque y luego por asfalto. Antes de Baños también podría haber bivaqueado en algun porche de alguna cabaña ¡Lo que me faltaba! Llegando a Salardú descubro que la suela trasera de mi bota izquierda empieza a despegarse, y claro, en Salardú no hay zapatero. Menos mal que eché en la mochila unas cuantas bridas y con la navaja consigo un apaño para fijar otra vez la suela a la bota. Pasamos Salardú en dirección hacia Baqueira, donde me lié un poco con el camino adecuado. Desde Baqueira subí a las lagunas Rosario de Baciver, y hasta aquí todo bien. A partir de aquí, todo mal. Pierdo la senda y con el gps encuentro una vía para llegar cerca de la cumbre del Tuc de Marimanya, allí decido no crestear hacia el norte (no veo un camino que no sea cumbre tras cumbre) y en su lugar desciendo hacia una especie de antiguo circo glaciar, y a lo lejos lagunas. Bajamos hacia la morrena, y me paso un buen rato saltando de bloque en bloque hacia las lagunas, pero viendo el gps me doy cuenta que me dirigía mucho hacia el sur y en un camino paralelo a la Cabaña Gracia Airoto, del cual me separaba una cresta montañosa muy empinada. Pues nada, corregir rumbo hacia el Este y trepar por la ladera en busca de un collado que me permita bajar al otro lado. Si el ascenso fue penoso, la bajada era como para olvidarla, de culo por la pendiente herbosa hasta abajo. Precio: pantalón desgarrado, y estado de ánimo al borde del colapso. Pero al menos localicé visualmente la cabaña en el descenso. A las 22:00 llegó a la dichosa cabaña ¡Por fin! Allí me encuentro con Philippe que también está haciendo la HRP de un tirón pero en sentido contrario al mío. Me invita un vasito de vino ¡como nuevo! La cabaña está muy bien, colchones, mesa y bancos. Un punto de agua al lado, perfecto. Inconveniente, ratón nocturno depredador de víveres. Colgar la bolsa de comida. A descansar.