Este
año el Pirineo se me ha presentado especialmente duro. Ya lo decía
la guía de Joosten, sería la parte más dura y salvaje de todo el
recorrido. No he dormido “cómodamente” ninguna noche. En los dos
años anteriores, al menos una vez lo
hice en un camping y eso se
nota. Tampoco existían
posibilidades de reponer víveres, así que toda la comida de 8 días
la llevé a la espalda, aunque con la experiencia acumulada conseguí
que nada faltara y que sobrara muy, muy poco. El terreno ha sido
especialmente “salvaje” y demandaba una buena dosis de
experiencia en alta montaña ¡Pero caray! De eso justamente trata
todo esto. Ha sido un acierto el uso del binomio taza+Lifestraw, no
he tenido en ningún momento que cargar con una sola gota de agua. He
bebido directamente de arroyos y lagunas, algunos sospechosos debido
a la presencia de ganado en los alrededores, pero no han
habido consecuencias, un mes después sigo sano. Mis
pies han sufrido menos este año a pesar de haber tenido mojadas las
botas y los calcetines más de un día. La combinación: lavado de
pies al menos dos veces al día + aplicación de Compeed a la más
mínima señal + calcetines adecuados +
vaselina, ha sido perfecta.
En el tema de los calcetines quizás no fuera todo lo perfecta que
esperaba. Me compré especialmente unos calcetines Lurbel modelo
Logan, supuestamente para climas cálidos, pero me dieron
muchísimo calor en los pies y tardaban media vida en secarse. La
funda de bivac la llevé de paseo, última vez. El próximo año
descartaré la colchoneta inflable, creo que podré resistir sólo
con el Thermarest. Llevaré también una funda impermeable para
mochila del Decathlon. Las
botas y sus suelas despegadas casi dan al traste con el viaje, ahora
ya están reparadas por un zapatero andorrano (Andarax-2)
Haute Route Pyrénéenne
Till a voice, as bad as Conscience, rang interminable changes On one everlasting Whisper day and night repeated -- so: "Something hidden. Go and find it. Go and look behind the Ranges -- "Something lost behind the Ranges. Lost and waiting for you. Go!" Rudyard Kipling
jueves, 3 de agosto de 2017
Día 8: Refugio de Baiau → Pic del Clot de Cavall → Refugio L’Angonella
Hoy
entramos por fin en Andorra. El día vuelve a pintar soleado. Salgo a
las 09:00 en dirección al Port de Baiau. Todo va bien hasta que
compruebo mi posición, y ¡vaya sorpresa! me he salido del camino
otra vez. ¡Hala! A atravesar un bonito y muy empinado canchal.
Empezamos bien el día, pierdo más de una hora hasta retomar la
senda que me lleve al puerto. Desde
aquí hasta el Refugio de Coma Pedrosa todo es coser y cantar,
bonitas lagunas, neveritos fáciles de atravesar y un camino
imposible de equivocarse. En el refugio me detengo para comer y ¡por
fin! Reponer electrolitos.
Me explican muy amablemente las opciones que tengo para el día
siguiente llegar hasta Andorra la Velha y me queda claro que mi viaje
acabará en Llorts este año (debo estar en Lleida el 14 para coger
el AVE de vuelta a casa) Descansados seguimos el camino hacia el Pic
del Clot de Cavall, en el recorrido paso por la Fuente de Moixo y
tengo unas vistas sobre la estación de esquí de Arinsal. La subida
al Pic se me hace eterna, escasea el agua y el calor aprieta lo suyo.
El camino está muy bien señalizado en todo momento con cartelitos y
los círculos amarillos que usan por allí. Desde el Pic empieza un
buen descenso hasta el que será mi último bivac en Pirineos este
año. La bajada es por los ya habituales prados de alta montaña,
lagunita y riachuelo. El Refugio de L’Angonella es estupendo,
amplio, cómodo (aunque no hay colchones) y con fuente de agua en la
puerta, qué más se puede pedir. Cenita, a dormir y mañana Llorts y
Andorra la Velha (Hostal
Barri Antic). Adeu Pirineus!
Día 7: Plá de Boavi → Refugio Baborte → Plá de Boet → Refugio Baiau
El
día de promete despejado. Empezamos a subir a las 09:15 por un
bonito bosque de coníferas siguiendo el curso del río Sellente. La
subida como de costumbre es larga y empinada. Llego al Refugio de
Baborte y parece ocupado al completo. Descanso y almuerzo para seguir
hacia el Plá de Boet y ver hasta donde puedo aguantar hoy. Es un día
caluroso y se nota. El descenso me lleva nuevamente por bosques y
grandes torrentes. El Plá de Boet no es más que una gran extensión
de prados con algunas mesas y nada más. No hay chiringuito donde
reponer electrolitos ¡Me
cachis! Pues nada, pa’ lante. Sigo
subiendo con el objeto de llegar al Refugio de Baiau. Es una zona con
ganado, y cómo no, con tábanos. Menos mal que me dejan pronto. Una
vez pasadas las ruinas del refugio de Sellente el camino es más
suave y el paisaje se amplia. Ya puedo ver el Refugio de Baiau. Me
cruzó con un peculiar francés que también viaja solo. Charlamos un
rato y continúo hasta el refugio que ya está habita por una pareja
de simpáticos franceses, Guy y Florence. Me invitan a un chupito de
ron con limón, y claro, cómo negarse. Este
refugio parece un calco de los de Mont Roig y de Boarte. Es cómodo y
situado en un enclave espectacular (esta palabra la he usado ya, no?)
No duermo bien a pesar de las comodidades, ayer fue un día
extenuante y las piernas han molestado su poquillo.
Día 6: Bordas de Noarre → Refugio de Certascán → Plá de Boavi
Humm,
el día empieza bien, son las 05:30 y empieza a descargar una enorme
tormenta con todos sus ingredientes; aparato eléctrico y agua.
Corriendo me refugio en un soportal de una las bordas a espera que
escampe y poder desayunar en seco. Pues no, no escampa. Empezamos la
subida hacia el refugio en un día nublado y lluvioso. Al poco rato
tengo ya empapadas las botas. Llego al refugio y decido parar allí
para almorzar y reponer electrolitos.
El guarda es un tanto parco ante mis preguntas. Charlo
un rato con una pareja de barceloneses que se interesan por mi
trayecto. Luego de descansar un ratillo vuelvo a calzarme las
encharcadas botas y el chubasquero para seguir la ruta que indica la
guía; pasar junto a los Estanys Romedo de Dalt y de Baix. El paisaje
sobrecoge si le añadimos el día frio y gris. La ruta tiene algún
paso medio complicadete. Cuando
llegamos al Estany Romedo de Baix descubrimos una carretera de tierra
que llega hasta la presa que hay allí y una caseta donde descansar
antes de la bajada al Plá de Boavi. Esto último será lo más
peligroso que haya hecho en todo el viaje. Casi no hay sendero, hitos
escasísimos y una pendiente y exposiciones que a veces rozan la
caida hasta el río. La verdad es que lo pasé bastante mal en este
tramo. Hay que estar muy atento al track que viene en los mapas de
TopoPirineos. Si no es por él, hubiera acabado perdido en un bosque
con pendientes muy, muy jodidas. Cuando por fin llego al Plá de
Boavi descubro una enorme pradera llana salpicada por árboles ¡Menos
mal! El río pasa cerca y la noche se promete apacible (salvo por los
mosquitos al anochecer.)
Día 4: Cabaña Gracia Airoto → Alos de Isil → “Tiny Lake”
Había
que recuperarse un poco del día anterior, así que nos tomamos el
despertar con bastante calma. A las 10:0 salimos de la cabaña
siguiendo un evidente sendero que nos lleva a un collado desde el
cual seguiremos hacia las Bordes de Moredo. El día pinta lluvioso,
algo que se confirma cuando llegamos a un camino de tierra. Empieza a
llover y descubrimos una caseta-cabaña en un recodo del camino. Es
una caseta de esas de obras pero reconvertida en medio improvisada
cabaña-bivac. Decido pasar un rato dentro de ella hasta que más o
menos escampe. Lo que no sucede. Pues nada, chubasquero y hacia
abajo. Atravesamos las Bordas según indica la guía pero en lugar de
torcer al Sur en el bosquecillo, vemos que el sendero continúa y lo
seguimos. Así vamos uniendo senderos de bestias hasta llegar a Alos
de Isil, pequeñísima población, pero que cuenta con plaza, iglesia
y fuente. Aprovecho para asearme en la fuente, lavar camisa y
calcetines y echar una siesta bajo los árboles de la pequeña plaza.
Sobre las 16:45 retomo la ruaa que durante un rato va por la
carretera que sigue el curso del río Noguera-Pallarés. Al rato
aparece la señal del GR11 que tras cruzar un puente empieza a subir
por la montaña. A eso de las 20:00 llego a lo que en la guía
denomina “tiny lake” , una lagunita antes del Col de la Cornella.
Decido que ya está bien por hoy y monto el toldo en este idílico
paisaje.
Gracia Airoto |
Día 5: “Tiny Lake” → Refugio Mont Roig (Enric Pujol) → Bordas de Noarre
Recogemos
y salimos a las 09:30 en dirección al refugio. Al principio me
cuesta un poco dar con el Col de la Cornella, coincido con dos
parejas de vascos que me confirman la ruta adecuada. Subsanado esto,
el resto de cols no tienen mayor problema. El día es desapacible;
ventoso, nublado y con chirimiri. En la bajada del Col encuentro
abundantes palas de nieve, pero que no suponen ningún problema,
hincar talones y pa’ bajo. Cuando llegamos al Col de Calberante
puedo divisar ya el refugio. En la bajada hay que tener un poco de
cuidado. Paso junto a algunas lagunas. El paisaje es espectacular. A
media hora del refugio doy con una pequeña cascada que sale del
desaguadero del Estany Major de la Gallina y la aprovecho para un
buen duchazo. Almuerzo y a seguir. Antes de la llegada al refugio doy
con algún paso ‘complicadillo’ para cruzar el torrente cercano.
Cuando entro en el él, encuentro a una pareja de franceses que
también hacen la HRP y ese día descansarán allí. Bonito refugio,
bien equipado y en un enclave muy salvaje. Como aún queda mucho día
por delante, continúo hacia las Bordas de Noarre, un conjunto
histórico de la época de la Guerra Civil y los Maquis. La mayoría
de las construcciones se han rehabilitado, pero estaban cerradas. En
una de ellas hay montada por fuera una mesa grande de madera que
decido será el catre para esta noche. Hay una fuente de agua en el
centro del poblado y un entorno encantador.
Día 3: Parking → Salardú → Cabaña Gracia Airoto
A
las 07:45 salimos del parking
hacia Salardú pasando por Baños de Tredós, primero por el bosque y
luego por asfalto. Antes de Baños también podría haber bivaqueado
en algun porche de alguna cabaña ¡Lo
que me faltaba! Llegando a Salardú descubro que la suela trasera de
mi bota izquierda empieza a despegarse, y claro, en Salardú no hay
zapatero. Menos mal que eché en la mochila unas cuantas bridas y con
la navaja consigo un apaño para fijar otra vez la suela a la bota.
Pasamos Salardú en dirección hacia Baqueira, donde me lié un poco
con el camino adecuado. Desde
Baqueira subí a las lagunas Rosario de Baciver, y hasta aquí todo
bien. A partir de aquí, todo mal. Pierdo la senda y con el gps
encuentro una vía para llegar cerca de la cumbre del Tuc de
Marimanya, allí decido no crestear hacia el norte (no veo un camino
que no sea cumbre tras cumbre) y en su lugar desciendo hacia una
especie de antiguo circo glaciar, y a lo lejos lagunas. Bajamos hacia
la morrena, y me paso un buen
rato saltando de bloque en bloque hacia las lagunas, pero viendo el
gps me doy cuenta que me dirigía mucho hacia el sur y en un camino
paralelo a la Cabaña Gracia Airoto, del cual me separaba una cresta
montañosa muy empinada. Pues nada, corregir rumbo hacia el Este y
trepar por la ladera en busca de un collado que me permita bajar al
otro lado. Si el ascenso fue penoso, la bajada era como para
olvidarla, de culo por la pendiente herbosa hasta abajo. Precio:
pantalón desgarrado, y estado de ánimo al borde del colapso. Pero
al menos localicé visualmente la cabaña en el descenso. A
las 22:00 llegó a la dichosa cabaña ¡Por fin! Allí me encuentro
con Philippe que también está haciendo la HRP de un tirón pero en
sentido contrario al mío. Me invita un vasito de vino ¡como nuevo!
La cabaña está muy bien, colchones, mesa y bancos.
Un punto de agua al lado, perfecto. Inconveniente,
ratón nocturno depredador de víveres. Colgar la bolsa de comida. A
descansar.
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